Mi profesora mi enamorada / Parte 27

-Tengo absolutamente todo listo, no tendremos alcohol claro, pero si habrá buena música y dejaran que entre gente de otros pabellones a la fiesta.

-que bien, ¡estoy ansiosa! 

-aunque no lo creas… ¡yo también! - dijo con ansiedad mi amiga Ginger

A carcajadas nos reíamos de nuestras conversaciones, estábamos emocionadas por la fiesta, Ginger había cumplido 21 en enero y no organizó nada, pero dice que esta celebración será de ambas. Conocíamos a todo nuestro piso clínico, pero de otras secciones no muchos, sería una buena oportunidad para conocer gente.

***

Fue una fiesta increíble conocimos gente muy interesante, lo disfruté mucho, es una de las cosas que jamás se olvidan, fue un cumpleaños especial, ya tengo veinte años y no me arrepiento de
las cosas que he hecho, he sacado buenas lecciones para la vida y he conocido gente maravillosa. 

-Viste como bailaba ‘touch’

Le decíamos touch a un niño de nuestro piso que tocaba todo lo que veía, nos manteníamos alejadas de el para que no nos manoseara.

-¡fue buenísimo! bailaba como con espasmos en el cuerpo 

-que risa el recordarlo, estuvo muy bien todo

-estuvo excelente, perfecto. Ginger vi como bailaste con ese chico - le dije haciendo un 1313 con mis cejas

-¿es guapo cierto?

-supongo que si

-verdad que no te gustan los hombres, es muy mino y simpático

-¿por qué esta acá?

-esta por una operación de fractura en al pierna

-te estaba coqueteando

-si lo estaba, y yo también, nos dimos nuestros números, creo que habrá algo más que amistad

-¡upa! que rápida eres

-rápida no, ¡fugaz!

-así veo, así veo

-Chicas pongan atención un momento, la doctora Victoria quiere hablar con Emilia. 

Ambas sabíamos que podía ser, la enfermera no nos dio ninguna pista, pero presentíamos que ya debía irme. 

-permiso 

-pasa Emilia

-Hola doc

-hola, ¿cómo estas? te veo bien

-si estoy mucho mejor

-que bueno, estuve hablando con Julia y me dice que ya estas lista para darte el alta, sabes que tienes que seguir tratando esas cicatrices para que se borren y seguir con terapia por un tiempo

-¿crees que estoy lista para salir?, tengo miedo de lo que me espera afuera, aquí todos me cuidaron y ayudaron, afuera puede ser muy distinto

-no tengas miedo, estas preparada, cualquier inconveniente que tengas sabes que puedes acudir aquí

-gracias espero estarlo. Doctora me hice muy amiga de Ginger y quería saber si puedo venir a verla de vez en cuando

-bueno hmm... Ginger tiene un trastorno de la personalidad y no recibe muchas visitas por no decir casi ninguna, pero su terapeuta dice que a mejorado bastante este ultimo mes, se centra más en sus objetivos y creo que tu haz ayudado en eso

-¿en serio?

-si Emilia, creo que no le queda tanto tiempo aquí y como tu haz sido de ayuda te puedo dejar verla dos veces por mes

-¿peor es nada cierto?

-cierto, ya pues Emilia, mañana te doy el alta a primera hora, hoy debes hacer lo mismo de siempre. Ah si, se me olvidaba... feliz cumpleaños atrasado

-Gracias doc, cuida a Ginger 

-como siempre, claro que lo haré

Las despedidas son tristes, sabía que la volvería a ver, pero igual dolía. Si algo aprendí es que hay que seguir, además no sé por qué, pero siento que con Ginger seremos muy buenas amigas afuera, espero que salga pronto

-¿te vas cierto?

-si, mañana a primera hora

-que bien

-no te pongas triste Gin, me dejaron venir a visitarte dos veces por semana, además tengo tu numero y podemos hablar por whatsaap, bendita tecnología. 

-¿quién te dijo que estoy triste?, es una buena noticia que salgas de acá

-si es una buena noticia, créeme que tu saldrás muy pronto de aquí 

Fue una noche muy corta, dormía por momentos y luego hablaba con Ginger, dejamos todo planificado para vernos y nada de sentimentalismos baratos, sabíamos que éramos personas fuertes y que estar en la clínica era solo algo temporal, afuera seriamos más unidas aún.

-dame un abrazo - le dije poniendo ojitos de corazón

-estas loca

-dámelo ¡sé que quieres! no le diré a nadie 

-puedes decírselo a quien sea total no me conocen 

-puedo hacerte conocida, internet es una buena herramienta 

-ni lo pienses

-entonces abrazo

Ya estaba fuera, ese abrazo apretado que Ginger me dio despertó todo mi cuerpo, ya era hora de seguir sin trancas, sin miedo, si Ginger había estado firme todo ese tiempo dentro porque yo no podría afuera. De esta batalla salí muy fortalecida y nada ni nadie podrá derrumbarme otra vez.

***

Mi cabello estaba volviendo a crecer, pero lo recortaba para que se mantuviera, me encantaba sentir el aire chocar en mi cabeza. A penas volví a la universidad comenzaron las preguntas del por que había desaparecido por tanto tiempo, no quería mentir, así que oculte un poco de información, dije que me había dado un tiempo para meditar y pensar en cosas importantes, no debía porque dar explicaciones, las personas a veces son muy crueles, mi vida no tiene relevancia en las de ellas, así que que importaba lo que dijera.

El jefe de mi carrera dejó que diera los exámenes recuperativos y tuve que conseguir materia como loca para no perder los ramos, la ingeniería es una cosa tediosa. 

-¿cómo estas?

-bien ¿y tu?

-bien, ¿no estas enojada?

-¿enojada por qué?

-porque llame a tu mamá hace un mes, no sabia que te internaría

-no te preocupes, créeme me hiciste un gran favor, no sabes todo lo que conocí y aprendí en este tiempo

-te veo bien

-lo estoy, ¿y tu no deberías estar en clases?

-no, en mi universidad nos dieron este día libre por algo de un aniversario, no entendí mucho, pero vacaciones son vacaciones 

-¡así se habla! 

-Emi ehm no te he dicho algo importante

-¿qué?

-yo si llame a Fernanda

-Fernanda…-atrás de ese nombre se ocultaba cada sentimiento que experimente en el último tiempo, pero la vida sigue- que bueno, ya sabia 

-¿no te interesa? ¿ya sabias?

-¡claro que me interesa! pero en realidad el pasado pasado es, y a mi lo que me importa es el presente y futuro, yo también hablé con ella mientras estaba interna y me quedo muy claro cual es su posición ahora y no quiero molestarla más, si ella necesita algo de mi se acercará, buena onda en todo caso

-oh que bien

Tenía un poco de curiosidad, lo admito, pero tenía más ánimos de vivir el presente. Me había inscrito en la rama de basquetbol de la universidad, para todos los niveles, así no soy la única perdida corriendo por la cancha. Sabía las reglas del juego que era lo mas importante, Fernanda me las enseñó bien. 

La primera clase fue muy entretenida conocí a muchas niñas que solo había visto de lejos, todas simpáticas, quede agotadisima y adolorida, pero feliz. El profesor era exigente pero muy humano, además decía chistes de repente y nos reímos mucho, dijo que lo llamáramos entrenador, pero nadie quiso y preferimos llamarlo por su nombre, pero no le gusta su nombre, así que lo llamamos ‘Jota’.

Jota había llegado hace poco a trabajar a universidad, nunca lo había visto, estaba feliz porque las cosas nuevas son buenas. Era un hombre alto, demasiado alto, delgado con buenos músculos, moreno, pelo oscuro y con unos grandes ojos cafés. Su voz retumbaba en todo el gimnasio y cuando entrenábamos al aire libre podíamos escucharlo desde cualquier sitio.

Julia tenia razón, el deporte traería cosas buenas a mi vida, aparte que ayudaba a mi salud, me desestresaba y hacia sonreír, hice nuevas amigas y nos tomamos mucho cariño con el profesor. Comenzamos a juntarnos con el grupo y descubrí mis verdaderas amistades.

El tiempo corría (para variar) ya quedaban unas semanas para vacaciones de invierno, tenía una agenda ocupada, había poco tiempo para hacer nada, entre clases, entrenamientos, juntas, ir a ver a Julia y dos veces por mes a Ginger ya estábamos a fines de Junio y como de costumbre, el viernes por la tarde debía ir a entrenamiento.

-Hola Emi, ¿cómo estas para jugar?

-perfect, como siempre 

-cada vez juegas mejor

-¿tu crees?

-si obvio

-tu igual Renata, corres ¡¡¡muy rápido !!! te odio

-así es la vida, a algunas personas Dios les a piernas más firmes

-ja-ja rezaré de aquí en adelante

-¡ Chicas atención ! - su voz retumbó en cada esquina del gimnasio, hasta ese momento sólo la había visto de lejos por la universidad, no la estaba evitando para nada, pero no habíamos hablado palabra alguna luego de esa llamada.