-¿QUÉ HACES ACÁ? me asustaste- le dije agitada, con mil latidos por hora, por un momento pensé que era un asesino o algo parecido, pero sólo era Josefa
-¡oh! por fin te encuentro, ¡menos mal que estas bien!- dijo empapada mientras comenzaba a tratar de sacar una manta de su mochila
-si, sólo quería caminar un rato y comenzó a llover
-todo el personal salió a buscarte, han pasado horas, ¿cómo es que sigues fuera? estas tiritando- hablaba mientras me cubría con la manta
-estaba a punto de volver, si tampoco es para tanto
-estuviste horas fuera, de hecho ya debe ser Navidad
-que bien, ¿feliz Navidad?
-feliz Navidad- me dijo con algo de risa en sus palabras, me abrazo y