Al decir estas palabras sin mirarla, me paré y salí. Mis ojos nublaron la visión del pasillo que guiaba a mi pieza, como que entendía y no lo que pasaba, necesitaba estar sola, no quería llorar delante de Josefa, quizás por eso me pare y fui, ¿por qué me costaba tanto mostrar mis emociones y sentimientos?, a veces me encantaría ser de esas personas que simplemente fluyen.
Llegué a mi habitación, vacía, a mi cama pequeña y me senté, miré de lejos el cielo por la ventana que daba al patio, el sol entraba por esta haciéndome cerrar más los ojos, no quería preguntarme por qué a mi, pero es lo primero que vino a mi mente. Pensar en papá era algo de todos los días, también lo era hablar de el si me lo preguntaban, pero ahora simplemente no podía, ¿qué podía decirle a Josefa sobre