viernes, 3 de julio de 2015

Mi profesora mi enamorada / Parte 34

Hubiese renunciado inmediatamente, pero es un trabajo que daría un plus a mi carrera. Quizás quiso trabajar para mantener su tiempo ocupado, sin pensar en ¿mi?. ¿Qué podía hacer? no quería hacerle daño, ni tampoco dañarme a mi misma. 
Pasé toda la primera noche pensando en que hacer, pero no llegué a ninguna respuesta más que dormir para trabajar al siguiente día. Quizás era mejor esperar como funcionaban las cosas, total en un mes más Rem estará acá y todo será menos difícil.
Encontrarme a Fernanda en el trabajo, en el baño, almuerzo y en todas partes no me dejaba relajar. Al pasar por su lado sentía el olor de su shampoo que me recordaban las mañanas en el departamento, fueron buenos tiempos, pero del pasado.
-no es necesario que no me hables… podríamos tener una buena relación de trabajo
- me dijo de pronto sentándose a mi lado en el almuerzo
-eh… 
-te puedo enseñar todo lo que se, aunque tu eres bastante inteligente en mi área
-Fernanda… yo no sé, claro que quiero tener una buena relación contigo, pero no sé si pueda
-inténtalo… partiendo por una conversación simple. Yo empiezo ¿cómo estas?
-ja bien gracias ¿y tu?
-bien, trabajando en verano
-¿eso es bien o mal?
-no lo sé - dijo riendo, no se veía mal, al parecer lo llevaba mucho mejor que cuando la vi por última vez
Jota estaría en la universidad hasta Febrero y por mientras decidí practicar con él para no perder el ejercitarse tres veces por semana, al verme entrar al gimnasio quedo perplejo, obviamente sabía que yo conocía su sexualidad, amistad con Fernanda y que el lindo se había querido hacer pasar por novio de ella.
-¡PERDON!- gritó al segundo a lo que respondí riendo
-perdonado, ahora sólo debes ser mi esclavo si quieres que guarde tus secretos
-oh por Dios
-es broma Jota, sería como delatar a un familiar
-gracias al cielo, la verdad es que muy poca gente en la universidad sabe, yo también guardaré tu secreto
-no es necesario, ya lo sabe todo el mundo, es cosa de tiempo para que lo sepan en la universidad
-¿cómo? ¿saben lo que paso con Fer?
-eeeh… no y no lo sabrán, es que estoy saliendo con Rem hace un tiempo y bueno, las cosas se dieron y ya no será jamás un secreto
-oh - suspiró aflijido
-oh ¿que?
-nada nada, sabes que igual Fernanda viene a jugar conmigo ¿cierto?
-no, pero si la veo todos los días que más da verla tres veces más, eso si no le molesta
-no creo que le moleste… llegará en unos minutos
-deberíamos comprar un nuevo reloj para el departamento - dijo Fernanda entrando al gimnasio mientras miraba sus zapatillas, al verme se detuvo, miro a Jota y luego volvió a mirarme
-no me mires a mi, esto es tan o más incómodo para mi - le dijo Jota
-por mi no hay problema, Fer si te incomoda que entrene con ustedes sólo dilo 
-eh… n.. no para nada, quédate, pero no te quejes cuando te gane
-eso veremos - dije un poco confundida. Al parecer estaban viviendo juntos y probablemente eran mejores amigos, así que obviamente Jota le contará lo que acababa de decir.
Entrenamos hasta quedar empapados, luego fuimos camino a las duchas, pero recordaba perfectamente lo que había pasado en un baño, así que les dije que prefería ducharme en el departamento, pero Jota me invito a salir un rato a lo que por supuesto dije que no. 

Comenzaban a ponerse exigentes en el trabajo, pero nunca una rutina. Era entretenido y lo mejor es que sería una práctica menos para salir de la universidad, había mucha gente con papeles en las manos y yo andaba igual corriendo para todos lados, siendo servicial y oportuna con mis obligaciones. Cada día era menos evitable hablar con Fernanda, era alguien a quien tenia confianza y debía si o si aprender de ella. Me encantaba verla sonreír, siempre clara con mis sentimientos hacia Rem, su sonrisa era tan natural y perfecta en mis ojos, que simplemente es inevitable quedarme mirando mientras muestra los dientes. 
Se tornaban aburridas las tardes sin nada ni nadie a mi lado, extrañaba a Rem y su energía infinita, pero volví a mis hobbies favoritos que había dejado botados por el deporte, escribir y pintar se volvieron mis pasatiempos tan rápido que me dormía cada día más tarde que el anterior.
-jm-jm
-si, si, perdón - dije un poco asustada sacando mi cara de las teclas del computador
-ehm creo que si te pillan durmiendo en el trabajo no será muy buena impresión
-Fer menos mal que me pillaste tu
-tienes marcadas las teclas en la frente
-¿de verdad?
-no -dijo riendo- es broma, ósea solo un poco
-oh bacán… ya ahora full trabajo
-¿por qué tanto sueño?… si no es mucha intromisión
-no para nada, me quede pintando
-¿qué estas pintando?
-aun no sé muy bien, por el momento son sólo manchas
-¿y sigues escribiendo?
-si, ahora igual estoy retomando, pero no encuentro mucha inspiración o quizás no la adecuada
-¿hay inspiraciones adecuadas?
-supongo - le dije riendo
-me encanta conversar contigo
-hm a mi también me gusta
-en buena onda
-por supuesto - no puede pasar nada más me repetía en la cabeza, pero no podía negar  que aún pensaba todos los días en ella al despertar y, antes de pensar en Rem.

Rem estaba a una semana de llegar y Fernanda me había propuesto tener una conversación para aclarar las cosas que pasaron desde que entre a la clínica, algo así como cerrar un ciclo. Por un lado quería tener esa conversación para aclarar muchas cosas, pero por otro, no quería volver a herirme. Cómo Rem no estaba, era una buena oportunidad para no estar preocupadas, pero si aceptaba ir en el fondo sentía que, aunque estoy segura no haré nada, es como engañarla. Me demoré tres días en decidir mi respuesta, la cual fue un si, es bueno cerrar ciclos.

3 comentarios: