jueves, 9 de julio de 2015

Mi profesora mi enamorada / Parte 35

Decidí no ponerme nerviosa, después de todo era Fernanda, la conocía mucho más que cualquier persona, los temas se irían dando. 
Preferí ir al departamento donde está viviendo para evitar recordar momentos en el mío. Tome aire, arreglé un poco mi cabello y toqué el timbre, esperé 6 segundos para ver su rostro cordial ante una visita que no debería ser visita.
-pasa -me dijo saludando con un beso en la mejilla
-permiso
-pasa con confianza, Jota no está, llegará tarde
-bien…
-hey relájate… yo igual estoy nerviosa, pero pienso que cualquier cosa que pase luego
de aclarar este tema va a estar bien
-si estoy tranquila, pero igual es extraño
-si… ¿te sirvo jugo? hice natural - amo esos jugos - tengo cosas ricas para comer, espero no estés a dieta
-¡nunca! sírveme nomas
Luego de instalar la mesa y conversar temas como trabajo, estudios, vacaciones y tiempo libre llegó el momento de comenzar la verdadera conversación, motivo de esta reunión.
-no sé como empezar - me dijo de pronto
-yo puedo empezar, mi historia es corta
-bueno, puedes decirme lo que quieras
-ok, primero, no quiero que te sientas culpable de lo que me pasó, quizás si, tu fuiste la que desencadeno toda esa crisis, pero era un problema interno que tenía desde hace muchos años y que tarde o temprano, contigo o sin ti, tenía que pasar.
La miré y vi una señal de asentir ante mi primer dialogo.
-hm ya, por donde empiezo… - dije tomando aire- la ultima vez que nos vimos fue luego de esa borrachera y ese tobillo doblado, yo pensé que estaba bien, pero claramente no lo estaba. Ya no me da vergüenza decir que tenía una obsesión, que era cortarme
-no tienes por que sentir vergüenza 
-la tenía… contigo nunca tuve la necesidad de sentir dolor, pero las adicciones pueden calmarse un tiempo, pero no desaparecen como la magia.
-puedo hacerte una pregunta desubicada
-adelante este es el momento de decir todo lo que tengamos que decir
-ok… ¿por qué nunca me contaste de eso?
-no sentí la necesidad, tenía plena confianza en ti, pero como nunca tuve alguna tentación de hacerlo no creí necesario decírtelo, pero si lo hubiese necesitado, hubieses sido la primera a la que le hubiese pedido ayuda
-desde cuando lo hacías
-desde la adolescencia
-por culpa de esa estúpida- dijo alterada- perdón… me da rabia
-tranquila, esa estúpida como la llamas, probablemente necesite ayuda
-lo sé, pero me da rabia que existan personas así, capaces de hacer tanto daño por culpa del daño que les han hecho, debería ser todo lo contrario, tratar de remediarlo
-pero no todas las personas son iguales… bueno, luego de eso, llame a una amiga y ella me llevo al hospital, llamó a mi mamá y esta ultima decidió dejarme internada. Me sedaron, conocí gente interesante adentro, sufrí mucho al principio, dije tu nombre sedada y no sedada tantas veces que todo el mundo sabía tu nombre, todos, a tal punto que me daba susto. Te envíe cartas, esperé fueras a verme, pero sabía y entendía que probablemente no te dejarían entrar, porque como dijo mi psicóloga, tu desencadenaste la crisis y en ese momento no era conveniente que estuvieras a mi lado. Pero a pesar de todo lo que me dijeron… te llamé, arriesgando la sociabilidad de mi compañera de habitación, arriesgando mi recuperación, pero tu me respondiste lo que no quería escuchar y luego de eso, decidí que debía superarlo. Ahora entiendo que te amenazaron, pero en ese momento todo se cayó ante mis ojos… Logré entender que estaba mal conmigo, no por tu culpa, sino que con mi vida y gracias al apoyo que me dieron dentro de la clínica solucione problemas que probablemente me hubiesen acompañado toda la vida. Cuando salí de ahí estaba confundida en qué hacer físicamente, pero mentalmente nunca había estado tan clara con como ver la vida, seguía sintiendo cosas por ti, pero ya había aprendido como llevar estas emociones. Y de pronto de un día para otro ya estaba reconstruyendo mi vida, teniendo nuevos amigos, nuevas actividades, volviendo a ser yo. 
-y luego conociste a Renata
-si, bueno, luego estaba Renata, que sin preguntar nada me ha ayudado y enseñado mucho, creo que ya sabes que estoy fuera del clóset
-si…
-al decirlo es un peso enorme que te sacas de los hombros, uno que ni siquiera sabías que tenias, porque estas tan acostumbrada a llevarlo… es algo muy recomendable. No lo digo por ti, yo se que no eres lesbiana
-y ¿que soy entonces?
-no sé - dije sonriente - dan lo mismo las etiquetas, lo importante es hacer saber que uno será feliz no siguiendo tanta cosa establecida
-uff… debe ser liberador
-lo es
-entonces creo que es mi turno… ok - tomó aire antes de continuar, sus manos tiritaban - para mi sigue siendo un tema sensible te advierto. 
-esta bien, tranquila
-Bueno ese día que te fui a dejar al departamento en el auto de Jota, cuando volví a mi pieza pensé y medite hasta llegar a la conclusión que no podía vivir sin ti y menos dejar que siguieras con ese comportamiento que no sólo te dañaba a ti. Tenía todo planeado, renunciar a la universidad, buscar un nuevo trabajo con más tiempo libre para estar juntas. Me daba igual todo lo que había construido en la universidad, para mi tu eres lo importante… mientras planeaba como decírtelo sonó mi celular con un numero desconocido, contesté y me dijeron algo como ‘Emilia esta en el hospital del centro de la ciudad, se cortó las muñecas, pero no alcanzó a ser tan grave, si alguien te pregunta quien llamo no des mi numero’ y cortaron, de inmediato pensé que era una broma de muy mal gusto, pero al intentar llamarte y luego ir a tu departamento y ver gotas de sangre en el baño, porque aun tengo copia de las llaves, perdón por eso, supe que era verdad. Fui al hospital y ahí estaba tu mamá, que ya lo sabía todo, no sé como, pero lo sabía. Me advirtió que si volvía a acercarme no te pagaría ninguna carrera, volverías al sur y de paso me delataría frente a todo el mundo, me trato de mil formas que me hicieron sentir una basura, pero eso no importaba en el momento, yo solo quería que estuvieras bien. Le dije que me alejaría, pero que por favor quería verte aunque fuera un segundo, obviamente no me dejó y me comencé a poner histérica, algo que nunca me pasa, quise entrar y los guardias me sacaron como si no fuera absolutamente nada ni nadie para ti. Recibí y leí millones de veces tus cartas, todas las respondí, pero nunca las envíe, no dejaría que tu madre arruinara tus metas. Cuando me llamaste volvió el alma a mi cuerpo, me emocioné y cayeron lágrimas de mis ojos, pero recordé en la situación que estábamos y tuve que ser fuerte y cortar el lazo, desde ahí no enviaste mas cartas… no sabes todo lo que sufrí. Luego supe que estabas de vuelta y te miraba de lejos sin que te dieras cuenta mientras caminabas por la u, necesitaba verte de cerca y Jota me dejo ir a reemplazarlo por alguna excusa inexistente. Ahí estabas radiante, luego me dijiste ‘no pasaras de aquí’ y no pude ser mas feliz al volver a sentir que me dirigías la palabra. Tengo celos, muchos, por Renata de saber que ella puede estar contigo, que ella te cuida en vez que yo, quizás lo hace mejor… y… las noches que he pasado en vela tratando de perdonarme por el daño que te cause es nada con lo que merezco
-Fer, no te sientas culpable
-como no me voy a sentir así después de todo lo que ha pasado
-el pasado ya pasó, ademas las marcas se borraran por completo con el tiempo
-¿puedo ver?
-si, claro - al momento de pasarle mis brazos comenzó a llorar, cómo si alguien muriera
-hey, esta bien, si se borraran
-es que no soporto que hayas estado mal, que alguien o algo te hiera y verte con esas cicatrices me mata
-no llores por favor, dame un abrazo, todo estará bien - y mientras me acercaba a consolarla entre sollozos me decía…
-me duele hayas sufrido tanto, que te haya dejado por miedo y luego te haya perdido, no sabes como duele día a día seguir perdiendo-te y que ya no seas sólo mía, pero eres joven y debes seguir, tienes mucho que conocer, no puedo ser egoísta, menos contigo
-Fer, nosotras terminamos, pero ninguna quería terminar, tu lo hiciste por mi, yo pude superarlo con el dolor que conlleva eso, mientras te amaba, siendo que tu seguías amándome también. Siempre serás mi gran amor, pero está Rem, que la quiero tanto, no podría hacerle daño, tampoco sé que pasaría si pasa algo entre nosotras. Siempre sentiré amor por ti, pero tampoco puedo hacer como que no ha pasado nada.
Mientras decía eso, me di cuenta que todo lo que estuve sintiendo mientras estaba a su lado, eran mariposas, las mismas que sentía en esa charla antes de nuestro primer beso. Ese nerviosismo y euforia al saber que al lado tuyo estaba la indicada, pero ahora, equivocada.
De pronto Fer se estaba acercando de a poco a mi labios, pero corrí mi rostro mientras el abrazo pasaba a ser algo más, sus manos recorrían mi cuerpo a través de mi ropa. Con los ojos cerrados y la boca entreabierta me sentía completamente extasiada, como tener algo haciendo tensión en medio de mis pantalones. Una sensación que penetraba cada uno de mis sentidos y me dejaba débil e inmóvil, indefensa ante todo acto. 
Burlando las barreras de mi polerón una de sus manos hizo contacto con mi piel, haciendo explotar mil hormonas, volviendo el aire a mi vida, pero ahogando-me en el momento. Logrando moverme, me acerqué un poco más y la tome de la cintura haciéndola parar de su silla. Un gemido salió de su boca  rompiendo el silencio, mientras mi respiración se agitaba cada vez más, esa excitación sólo la podía provocar ella. Un deseo que trataba de parar, pero que avanzaba sin pedir permiso.
- sosténme - le dije mientras mis piernas se sentían invisibles
Aún no sentía sus labios, tenía que parar esto, tenía que… y ahora un gemido salía de mi boca sin aviso, provocado con las manos de Fernanda que recorrían mis senos, botando la primera prenda al suelo…mi polerón… luego su chaqueta… y me encaminaba hasta la mitad del pasillo hacia su habitación. Sacó mi polera junto a la de ella, siguió tocándome y cuando su vientre chocó con el mío caí rendida en su cama, pequeña y cálida. Se posicionó arriba mío y al sentir su respiración en mi nariz, antes de que tocara mis labios…
-déjame
-pero…
-no puedo, sabes todo lo que me provocas, pero esto no se lo haría ni a Rem ni a nadie
Me paré, tome mi polera, salí al pasillo y vi a Jota con mi buzo en sus manos
-eh… buenas noches, ¿esto es tuyo?
-Jota llegaste, si, gracias, me voy yendo, nos vemos luego
-¿está todo bien?
-si
-no -dijimos simultáneamente, yo dije el si
-ooook lesbis, doble problemita, permiso me voy a mi habitación 

Las horas habían pasado volando luego del trabajo, estaba oscuro, pero los taxis pasaban ahí mismo y no era un lugar peligroso. 
-¿quieres que te vaya a dejar?
-no Fer
Era obvio que no podía resistirme a ella, aunque quisiera con todas mis fuerzas la atracción es más fuerte, pero también es normal que pase esto luego de una relación tan potente como la que vivimos ¿cierto?.

9 comentarios:

  1. Te juro que estoy tan enferma que apenas puedo respirar(por la boca), me duele tanto la cabeza que tengo que poner los ojos como china pero tenía que leer esto sí o sí.

    ResponderBorrar
  2. No yo así no puedo emi tiene que estar con fer ella todavía se aman que termine con rem. En serio emi no pudo darle un besito a fer? Le fuera dado uno pringado y fuera salido corriendo o que se yo

    ResponderBorrar
  3. Está el capítulo /36 por qué no me aparece .?😱

    ResponderBorrar
  4. Por dios !! No me digas que hasta aquí termina ?

    Me muero me muero...!

    ResponderBorrar
  5. Como va hacer el final, oye debes hacer más libros me encanta como escribes, yo en esta parte me vine, por que sentí esa sensación como cuando estaba con mi pareja, pero Emi debió darle el beso.

    ResponderBorrar