Mi profesora mi enamorada / Parte 32

Estábamos en septiembre y se avecinaban las fiestas patrias, lo que significaba una semana de vacaciones universitarias, nunca me iba a pasar ese tiempo a casa, pero mi querida Rem insistió tanto que fuéramos al sur que bueno... acepte. Esto significó muchas cosas importantes en mi vida, ya que pude hablar con mi familia acerca de mi orientación, sentía que a pesar de ser parte de la vida privada, ellos merecían saberlo, no pedía aprobación ni nada, sólo que supieran de mi boca lo que algún día verían con sus ojos. Hubo variedad de reacciones, pero lo importante era que ya lo sabían. En casa de Rem todos felices de que estuviéramos saliendo
, aún nada serio, pero estábamos intentando algo más que amistad, junto a la felicidad de su familia nos regalaron un viaje de tres días a una ciudad cercana para que disfrutáramos nuestras vacaciones. 

¡Estuvo excelente! comimos, bailamos, conocimos, jugamos y disfrutamos al máximo todo, Rem de a poco con gestos pequeños de amabilidad y amor estaba logrando recoger cada pedazo de mi corazón. 

Comenzaron a pasar los meses y ya no estábamos sólo saliendo, ahora éramos novias, acepte su petición sin dudarlo, ella estaba cambiando mi vida para mejor, logró juntar y pegar los destrozos que detonó Fernanda.

Fernanda… ella probablemente estaba con Jota, ya era obvio en realidad, iba a las practicas, lo acompañaba a los partidos, hasta corrió un rumor de que estaba embarazada. No quise averiguar ni saber nada, sólo centrada en mi actual vida podía seguir bien. Rem me hacía feliz y yo a ella, soy una persona afortunada, no le importa mi pasado y me quiere a lo grande en una etapa complicada.

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A casi cuatro meses de relación con Rem, la mayor parte de mi vida se sentía tranquila, llevada por la corriente, con mis estudios, mi novia, deporte, música y diversión. Esta etapa era la que me salté en la adolescencia, la que evite a más no poder y ahora me arrepentía, todo es tan ligero, sin peso en mis hombros, sin tantas preocupaciones, sólo disfrutar y vivir nuevas experiencias… porque con Rem todo era una nueva experiencia.

Ya estábamos a fin de año, con el semestre finalizado, descansando antes de volver al sur. En eso un día sábado suena el celular muy temprano y en estado zombie respondí

-¿hola?

-Hola Emi, soy Fernanda, necesito hablar urgente contigo

-ahm… ¿Fernanda?… es muy temprano… 

-si, pero es urgente

-espera… deja despertar un poco

-estoy abajo

-…

-¿estas despierta? ¿puedo subir?

-uhm ok, sube

******

-sorry la cara, pasa, ¿que pasó?

-no lo soporto más, hay cosas que no sabes, que me prohibieron decir, pero no soporto lo que siento

-ok, tranquila, respira un poco- se sentía bien que fuera ella- cuéntame que onda, no puede ser tan grave, ¿habló tu supervisor o algo así?

-no, ya da igual eso, es de cuando estuviste en la clínica

-Fer, ya supere eso, estoy bien, disculpa por molestarte tanto en ese tiempo

-¡no es eso! tu nunca me molestaste, lo único que quería era saber de ti

-mira yo sé que este tema ya pasó, tienes tu vida, yo la mía…

-¡no! -estaba muy alterada quizás para ser coherente

-tranquila… entonces por qué fuiste cortante en la llamada que te hice, en esos momentos eras lo único que tenía y que me daba fuerzas, pero aún así no tuve respuesta alguna de las cartas. No te estoy atacando, sólo es una pregunta.

-no lo soporto Emi... tu mamá hablo conmigo cara a cara y me dijo mil cosas, entre esas amenazas que no vienen al caso, pero que afectaban tanto tu carrera como a la mía. Se sintió tan real, tan poderosa que no pude seguir cerca tuyo. Apenas supe donde estabas y lo que había pasado quise morirme, torturarme por no estar contigo y dejar que los demás decidieran lo que debíamos hacer, pero cuando llegué al hospital tu madre, ni los doctores me dejaron pasar, prácticamente me sacaron con guardias, nunca me había sentido tan discriminada y pasada a llevar, pero se sentía mil veces peor saber que no podía estar a tu lado en ese momento.

-pero Fer, nosotras nos alejamos mucho antes que eso pasara, aún así no hiciste nada

-¿y tu crees que yo estaba bien, tu crees que sólo tu sentías mariposas en la guata y que darías la vida? yo sentía exactamente lo mismo por ti y quizás más, porque trate de no afectar tu futuro, pero aquí estoy, no puedo… por Dios no puedo estar lejos de ti, no puedo dormir tranquila sabiendo que piensas te abandone, que piensas sólo fuiste una experiencia, para mi eres todo.

-¿y Jota?

-Jota es gay… Emi el pensaba que si tu creías yo estaba con alguien podías olvidarme, lo que menos quiero es que me olvides, pero debía hacerlo por tu bien, ahora no me importa nada, absolutamente nada

-Fer… ha pasado mucho tiempo, he vivido muchas cosas, quizás demasiadas… no sé que decirte, no sé si soy capaz de… es mucha información en poco tiempo…

-no te estoy pidiendo aceptes volver conmigo enseguida, no quiero que te aflijas por todo esto, no me puedo imaginar todo lo que haz tenido que vivir en este tiempo, lo duro que debe haber sido. Por eso comprenderé si no quieres nada más conmigo, pero si quiero que sepas que siempre te voy a amar, que cuando te decía eres el amor de mi vida, es porque lo eres, no existirá en el mundo alguien que te reemplace…no me digas nada, si no quieres hacerlo…

Y mientras trataba de digerir tantas palabras que salían de su boca tocan el timbre.

-VOOOOOY- grité, ya sabía quien era, Rem había dejado su cargador de celular en el living

En silencio le hice señas a Fernanda, dirigiéndola al clóset de mi cuarto, ¿que ironía no?. No podía imaginar alguna excusa si Rem la encontraba ahí, primero quedaría en shock con ver a la profesora de la universidad en mi departamento, luego la insultaría, ya que Rem sólo sabía que mi relación anterior fue muy fuerte en todo aspecto y que por esos motivos aún no podía entregarme por completo con mis sentimientos. En resumen, quedaría la embarrá en un minuto.

Puse un dedo en mi boca en señal de silencio mientras la cubría con ropa y ponía todos los colgadores arriba de ella. Fernanda era delgada y muy flexible, podía entrar en cualquier parte.

Al segundo corrí a la puerta…

-pasa - tratando de actuar lo más normal posible

-hola - me dijo con un beso en la boca- ¿por qué te demoraste tanto? ¿estabas en el baño? para variar- dijo riendo

-¡ja! no, estaba sin ropa recién saliendo de la cama

-yaaa, como si no te conociera sin ropa

Si, había pasado, con Rem todo era distinto, con ella era todo diversión y locura, aún no me entregaba por completo sentimentalmente, pero físicamente ya lo había hecho. No digo que fue sólo sexo, aunque al principio me atreví pensando que sólo sería eso, pero terminamos haciendo el amor, la quería y no podía dañarla, ella estaba ayudando a reconstruir mi vida sin importarle mi pasado.

-soy pudorosa

-si claro… hey ¿donde esta el cargador? el iPhone pide a gritos notificaciones de mensajes tuyos

-ehm… ahí esta 

-estas como cortante… te pasa algo mi amorrrrrr

-no me digas así con esa entonación que me da risa

-esa es la idea… 

-y no, sólo estoy recién despertando un poco tonta

-uy que tierna, recién despertando la floja, yo quiero cama - al momento de decir eso pasa corriendo a tirarse en mi cama, ya veía a Fernanda saliendo del clóset enojada o a Rem abriéndolo -ven Emi, ¿por qué no me regaloneamos un poco?

-hazme desayuno mejor

-es que voy camino a hacer deporte, luego me ducho, cargo el celular y vuelvo para que salgamos a dar una vuelta ¿vamos a trotar?

-no, que flojera

-igual podemos hacer algo de deporte aquí en la cama- me dolía a mi pensar lo que Fernanda estaba sintiendo con esas palabras, después de todo ella fue la primera 

-no quiero deporte Rem tengo sueño aún

-uy ya, recién despertando, entonces me voy a botar toda esta energía, te adoro enojona

Y se fue. No sabía que decir ni que hacer, con Rem diciendo todo eso y Fernanda en el clóset escuchándolo. Camine lentamente a la pieza y Fernanda venía saliendo con sus ojos azules orillados con venas rojas de llanto.

-perdón- pude decir- no esperaba escucharas tanto

-estás con Renata- no era una pregunta

Mientras se dirigía a la puerta me miró fijamente y lágrimas cayendo por sus mejillas pálidas dijo:

-perdóname, es lo único que espero ahora… no tenía contemplado esto, pero creo estaré bien… gracias por darme los mejores momentos de mi vida

Y llorando antes de que se fuera logré decir

-espera - y con esa palabra pude tener sus ojos sintonizando con los míos, llenos de miedo y dolor, cómo la primera vez que me besó, como la primera vez que sentí que era la mujer de mi vida, cuando creía que todo era perfecto, pero de mi boca no salieron más palabras, aunque mi corazón gritaba pidiendo otra oportunidad

Y ahora yo era la que la había dejado ir, la que no quiso decirle te amo, la que no quería volver a sentir tan intensamente un amor por miedo a sufrir. No quería aceptar la reacción de mi cuerpo, tenía acallados todos los sentimientos hacía ella, como si no existiera, como si el pasado fuese sólo un sueño. Y estaba Rem, que me hizo avanzar en una etapa en la que sólo se podía retroceder, que dio lo mejor de ella para hacerme sentir bien, no podía hacerle daño, no si para ella yo era importante. Sólo cuatro meses pololeando, pero el tiempo para mi ya no tenía mucha importancia.