lunes, 20 de abril de 2015

Mi profesora mi enamorada / Parte 13

Fue el mejor fin de semana que había tenido en años, comimos, regaloneamos, vimos películas, nos reímos y conocimos más de nuestras historias.
Pude volver a la universidad ese lunes, claro está, gracias a ella. Recuperé mis clases perdidas y di el último examen. Ese jueves teníamos miradas cómplices, pero nadie podía saber nada, porque ambas nos arriesgábamos.
Ya estábamos en la última semana y debía irme a la casa de mi abuela, solo llevábamos dos semanas saliendo, pero era como si nos conociésemos de siempre. Tomamos un acuerdo, yo me iría por un mes donde mi abuela y luego volvería. Ella se quedaría en el departamento
ese tiempo ya que necesita un lugar (y claro no me gustaba la idea de que volviera a su ex casa con su ex novio) y luego arrendaríamos juntas hasta que encontrara un lugar definitivo. 
Si, leyeron bien, viviríamos juntas, una parte de mi pensaba que era muy apresurado y la otra me decía que más da ya la conoces hace un año. Yo se que no la conocía más allá de la clase y otras cosas relacionadas, pero sería como tener una nueva compañera de piso, estuve cuatro años compartiendo con cinco niñas más en mi pieza, niñas que ni siquiera había escogido y pude vivir perfectamente. Claro, se puede decir que Fernanda no solo será una compañera, pero ¿acaso Carolina lo era?. Yo quería vivir con ella, necesitaba su compañía, conocer absolutamente todo de su vida y esta era la oportunidad, aunque fuera por un tiempo, luego ya veríamos que pasaría, por el momento pagaríamos la mitad ella y la mitad yo. Era justo. Parecíamos dos adolescentes tomando decisiones a tontas y a locas, pero que más daba, éramos jóvenes y la vida es una sola.

-estas segura podrás soportarme
-absolutamente, no sé cuales son tus manías, pero aprendí a ser tolerante en mis años de juventud, tu deberías tener miedo
-querida, tengo unos años más de experiencia en dominio de jóvenes
-hm ¿me dominarás?
-sin que te des cuenta... si
-ja-ja-ja verás que este cuerpo no se deja dominar
-ya veremos
-y ¿que onda Agustín?
-mierda- me dijo asustada dejando de lavar las frutas 
-eso es un...
-eso es un: me olvide por completo de mi gato
-creo que seré yo la madre cuando queramos tener hijos

Con una carcajada se relajó el ambiente, obviamente yo no planeaba tener hijos, mi estómago no volvería a crecer. Se secó las manos y llamo a Ricardo. Él me agradaba bastante, era educado por lo que me contaba Fer, no había tomado muy bien lo de terminar, pero igual sabía que estaba desgastada la relación, cedió los derechos del gato y bueno, por primera vez tenía un gato de mascota.

-tendremos un hijo - me dijo al cortar la llamada
-OH es un milagro!
-lo llamaremos Jesús
-loca! ¿y si no le gusto?
-es un gato, ¿quieres tenerlo? si no quieres, puedo dejarlo con una amiga que lo ama
-si quiero tenerlo, pero tu me enseñas como cuidarlo
-obvio que si

Cada vez que hablaba, me mirada, sonreía, decía un garabato, iba al baño, todo, me hacía sentir algo dentro que no se como explicar, todo era irreal, hasta llegaba a pensar que era un sueño más de los muchos que tuve. Fueron  horas de conversaciones, de saber sus opiniones, sus metas y algunas debilidades. Maldita última semana, ¡porque no fue un mes!, jamás me cansaría de mirarla mientras dormía, vulnerable es mis sábanas, tener su aroma día y noche en mis narices y su piel tan cerca. Fer era perfecta, tenía miedo de alguna vez hacerla sufrir, no me lo perdonaría. Ella estaba dando todo, entregándose completa a sus sentimientos a pesar de todo el riesgo que corría, lanzándose al abismo junto a mi, una persona que no conocía por completo, pero que sentía era la indicada para hacerlo.

-He estado metiéndome a tu cama como si fuera mía - cambió el tema antes de dormir
-si, deberías dormir en el sofá
-¿en serio?, igual estamos recién comenzando y ya dormimos juntas
-obvio que no es en serio, me encanta dormir acompañada, aunque estemos comenzando no tiene nada de malo dormir en la misma cama, sólo es dormir
-¿que edad tienes? ¿30? -me dijo irónicamente
-para que veas mi madurez
-fuera de broma eres bastante madura, otra persona quizás ya hubiese cruzado muchos límites
-aunque sea joven y de esta generación bastante alocada, voy un siglo atrás en esos aspectos
-me gusta que sea así, además prefiero dormir al lado tuyo
-yo también, me amo
Y abrazando-me se quedó dormida... con sólo sentir sus manos apoyadas en mi sentía que todos los riesgos y locuras valían la pena.
Y llego el día de irme al sur, fue doloroso tener que separarnos luego de por fin habernos atrevido a estar juntas, pero nos veríamos en un mes y ya no habría problema.
Ese mes lo pase muy bien junto a mi familia, pero necesitaba sentirla cerca, a pesar de que hablábamos todos los días por celular, necesitaba su calidez.
En comidas familiares llegaban mis primos con sus novias y cómo siempre las infaltables bromas 'bueno ¿y cuando el pololo?' y otro le respondía 'de seguro lo dejó en el norte, cierto prima', 'imposible que no tenga algún perro que le ladre, a nadie le falta Dios'... gracias por el apoyo, pero tengo novia pensaba, no sé si novia, pero era una relación y no una cualquiera.
El cariño de familia me llenó de energías y me sentía mal al estar contando los días para volver al departamento.

-SORPRESA! -gritaron
WTF! oh oh, carrete sorpresa de despedida... 

2 comentarios:

  1. Tu redacción es muuuy genial, me encanta, además de la historia. Chevere, muy chevere :3

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