jueves, 6 de octubre de 2016

Perdiendo la cabeza #29

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Las semanas pasaron y el día antes del vuelo de Alice de vuelta a España volvimos a drogarnos con cocaína. Esta vez terminé con la espalda llena de marcas, sus uñas dejaron caminos en mi piel y ardía. 
Tiradas en la cama tomé mi celular y comencé a grabar un audio. Hablamos de muchas cosas hasta que llegué a la pregunta que necesitaba

- la primera noche qué estuvimos juntas ¿qué me diste? realmente no recuerdo nada y me encantaría saber que locuras hicimos
- ouch… bueno ese día te di una droga algo fuerte pero no adictiva, te deja KO, muerta
- y ¿qué hicimos entonces?
- tu nada
- ¿y tu?
- tampoco HEY no soy de esas, puedo hacer muchas estupideces pero ¿violar?
- lo siento- dije riendo acalorada entre las sábanas- pero es que no recuerdo nada
- esa era la idea… tranquila sólo dormimos y luego la foto
- eres malvada
- siempre obtengo lo que deseo 
- ¿me deseas?
- hmm no sabes cuanto

Que bien que me siguiera deseando luego de todo este tiempo, ya tenía la información que quería, ahora le tocaría a ella sufrir.

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Apenas se fue su avión tomé el celular, corté el audio y se lo envié a Josefa. ‘Sólo para que sepas la verdad’. No le había escrito hace mucho tiempo, ni siquiera tratar de comunicarme, dijo que la dejara en paz y eso hice, pero no podía dejar que siguiera creyendo la había engañado. 

Alice aseguró volvería lo antes posible o me compraría un boleto. Pero no tengo tiempo hasta tres meses más. Tenía muchos conciertos y eventos agendados, me fascinaba, también proyectos de apoyo social, sacando cuentas con suerte tendría días de descanso.

Ir de un evento a otro es agotador, muchas veces no se duerme lo correcto, tienes sueño, pero debes seguir. Amo cada aspecto de mi trabajo, pero ¿trabajar en mis días sin perder el control? me es casi imposible.
Estábamos en el norte del país, en el aniversario de una ciudad, mi show era el último de la noche y yo atrás del escenario esperando. Entre el dolor de útero, los nervios y la eterna espera exploté. Grité a todo el mundo y maldije ser mujer, fui al baño, tomé cocaína de mi mochila y adiós problemas. 

La cocaína se fue haciendo recurrente en mi diario vivir, cada ciertos días sentía la necesidad de inhalar o con ciertas emociones, ya tenía mi contacto y sabía que estaba metida en un problema.
Alice me llamaba cada una o dos semanas, el contacto era por parte de ella hacia mi, me había metido en las drogas duras, se lo permití, necesitaba esa vía de escape. La venganza tiene sus consecuencias y yo acepto las mías, sólo si cumplo con todo el plan original. Tenía que hacerle sentir el mismo dolor de un quiebre de relación, pero no sé si Al esté muy interesada en mi, me llama una vez cada dos semanas y no es muy romántica por los llamados telefónicos, así que no creo le afecte un quiebre. Siempre hay otras maneras.

Mi nariz estaba congestionada todo el tiempo y eso comenzaba a afectar en mi voz. Así que tomé la decisión de dejar esta droga tan dañina. Pasaron los días y volví a ella, era adictiva y eso ya lo sabía desde antes. Que gran lío.
La gira de lanzamiento estaba a la mitad y contraté a una asistente para que todo marchara bien, no me estresara demasiado y tratar de dejar esta droga.

Ya estábamos a mitad de Agosto y, a mitad de año con 23 otoños de edad, estaba lanzando por la borda todo lo alcanzado en la música. Dije a mi asistente que hiciéramos una pausa en la gira, re-agendar conciertos y tomarme el tiempo de buscar ayuda profesional. Si algo aprendí durante el tiempo que estuve con Josefa, fue que hay que saber pedir ayuda.

Fui donde un especialista, me recetó unos remedios y terapia, pero luego de una semana seguía igual o peor. Compré un boleto a España, tenía tiempo hasta seguir con la gira, llamé a Al y nos juntamos en su departamento.

- ok… creo que sólo debes aprender a manejarlo
- explícame como, sabes que esto afecta mi carrera
- bueno, hay muchas sustancias que te pueden sacar de la cocaína y así no perjudicar tu voz
- ¿dices que debo dejar una droga por otra?
- exacto, es complicado, debes aprender a manejarlo, ir variando… si te das cuenta nunca he estado - - peligrando mi carrera, si he estado en situaciones de excesos, pero al otro día todo sigue normal. No te preocupes te ayudo en esto. Cuéntame que tal tu vida en este tiempo
- normal, tu sabes, viajando y tocando- Alice me hablaba como si no fuéramos nada, estaba perdiendo mi venganza al parecer
- y… ¿por qué si viajaste a verme tienes tanta ropa puesta?- y ahí estaba

Luego de tener sexo, fuimos donde la persona que le vendía drogas, compró varias pastillas y claro, cocaína. Me explicó como a ella le funcionaba todo esto de las drogas, estábamos conscientes de que drogarse no era saludable, pero si lo queríamos hacer debía ser con control. No daré detalles de la infinidad de consejos y reglas, creo que puedo con ello sin morir en el intento.
La visita a Al sólo duró cinco días, debía volver y descansar para luego seguir con la gira. Apenas llegué a mi departamento vi muchas cartas bajo la puerta, la mayoría era de las cuentas del hogar, pero una de ellas llamó mi atención.

Era Josefa, me había escrito una carta.

Valentina:

No sé muy bien cómo estas, por lo medios sociales te ves bien y eso me tranquiliza. Recibí tu mensaje y el audio adjuntado a el. Lo siento. Es lo único importante en esta carta. De verdad lo siento. No creí en ti y no tengo excusas.
Las cosas pasaron muy rápido, luego mi accidente y me dejaste en paz más rápido de lo que hubiese deseado. No quiero criticarte, no estoy en posición, pero ¿cómo puedes estar con ella luego de lo que te hizo?.
He leído que bebes en exceso cuando estas con esta chica, espero sólo fuera parte de una etapa. Luchamos mucho para que estés bien, por favor no lo arruines.

Cambiando de tema felicidades por tu último disco, está hermoso.

Espero y quiero que cuando estés lista puedas llamarme, conversar las cosas y bueno, resolver todo esto con la altura que merece.

Con afecto, Josefa.



Lo había logrado, Josefa sabía la verdad, pero ahora ¿quiere que la llame?. Fue y es difícil olvidar lo que me hacía sentir, esas sensaciones con sólo estar a su lado, pero no volveré atrás.


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Estaba comenzando septiembre, iba por buen camino en el control de las drogas, conocí a una chica en un evento, publicista. Estamos saliendo, nada serio, tuvimos una cena sólo de cortesía, luego de eso han sido sólo encuentros sexuales.

- tengo un amigo que le encantaría conocerte- me dijo un día en su cama
- genial, algún día podríamos almorzar juntos
- bueno… conocerte en otros aspectos
- ¿hablas de…?
- pensé que eras abierta de mente
- soy lesbiana, claro que soy abierta de mente, pero ni siquiera me causa curiosidad tener sexo con un - hombre, prefiero algún juguete en su reemplazo
- podríamos hacer un trío
- te acepto esa oferta, sólo si somos tres féminas en una cama 
- rayos

Podía tener relaciones cuando quisiera, cosas casuales, pero de ahí a hacerlo con un hombre, tendría que estar muy drogada. No es odio ni asco, quizás algo de asco, pero simplemente me gustan las mujeres en exclusividad. ¿Es tan difícil de entender?

La gira seguía y en el mes de la patria chilena estaba a tope. Tenía agendada una tocata en un pueblo cercano a la ubicación del centro. Me traía muchos recuerdos el volver ahí, el ambiente y las personas.
Tomé un taxi y fui al bar donde conocí a Josefa, era miércoles y estaba la misma persona de siempre atendiendo. Al verme me saludó y regaló un trago, luego compré un par más.
Conversamos y ya estaba anocheciendo, tomé mi mochila y llamé un taxi para volver al lugar donde nos hospedábamos.

En cinco minutos el taxi estaba en el bar, abrí la puerta y escuché un grito a lo lejos, ‘¡Valentina!’. Reconocí su voz, me voltee para mirar y ahí estaba, igual de hermosa Josefa, deslumbrante… luego de hacer contacto visual, volví a girar y subí al taxi con dirección al hotel. Dije que no volvería atrás, menos con cursilerías. 

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