sábado, 28 de marzo de 2015

Mi profesora mi enamorada / Parte 8

En un abrir y cerrar de ojos ya estaba de vacaciones. Increíble. En la casa de mi abuela todo estaba igual, lo único que ahora me trataban como reina. Alejarse un tiempo es bueno así se extraña a las personas y no se recuerda bien como eran en realidad.
Tuve casi un mes de vacaciones en las que no hice mucho. Lo mismo de siempre, guitarra y escribir. Nunca lo he hecho muy bien, pero total sólo yo veo lo que hago.
Casi un mes; es súper poco y como vacaciones es sinónimo de que el tiempo vuele sin darme cuenta, nuevamente, estaba volviendo a la universidad, claro está que, ya no tenia los mismos miedos del primer semestre de clases, pero igual la ansiedad no se va.
Por algún motivo quería volver a ver a Fernanda, no podía parar de pensar en cómo
la había confrontado y en como ella se preocupo de mi, cómo la profesora temida de finales de semestre me había mostrado su lado más vulnerable y humano en tan poco tiempo, siendo tan flexible y comprensiva siendo que podía no interesarle o no aceptarme más en su clase... todo era muy confuso, pero se sentía bien recordar ese abrazo que yo no pedí, por lo menos no lo hice con palabras. No tuve que esperar demasiado al volver a clases ya que el primer jueves de esa semana tenia laboratorio con ella.
Pensé mucho en ella todo ese tiempo y sonreía cada que recordaba sus palabras y sus gestos. Había sido tan valiente como para enfrentarla, me reía, quizás de nervios.
El día jueves tenía un dolor de estomago horrible, cómo si fuera a vomitar, no sabía que me pasaba; llegue a clases y estaba ahí, conversando... apenas me vio se dio vuelta para saludar con un beso en la mejilla y el tan famoso como estas. Cosa demasiado atípica con sus alumnas el saludar de beso, lo que claro provocó miradas disimuladas y murmullos a lo lejos. Yo estaba perfecto me sentía bien estando ahí a pesar de todo lo vivido, sentía una energía diferente, no negaré que me sentía excelente.
Una primera clase de laboratorio relajada y corta, como la mayoría de las primeras clases se dieron los temas a tratar en el semestre y las fechas de evaluaciones, nada fuera de lo común...
Llegando al departamento sin darme cuenta, me encontraba con una sonrisa de oreja a oreja... era extraño, era ella.

-que onda! me muero que te saludó de beso - me dijo Kika sin siquiera saludar con la informalidad de las redes sociales
-ah si
-ah si que!? cuéntame...
-oh bueno, no hay mucho que contar, a fin de semestre me tope con ella en un bus y conversamos
-me muero! que miedo, de que conversaron?
-sólo cosas de actualidad, nada muy interesante
-entiendo
-es simpática...
-si claro, contigo quizás, probablemente le caes bien, pero no sé si sabes los rumores, pero es muy temida en la universidad, es estricta en sus evaluaciones y siempre un poco más de la mitad pasa el ramo
-kika...
-que?
-el semestre pasado dijeron lo mismo y mira donde estamos
-ah que va! tuvimos suerte, no puedes negar que igual reprobaron muchos
-es verdad, pero tampoco es un ramo que atrase tanto la malla
-claro, pero igual ahora eres su favorita y yo seré la amiga de la favorita
-ok jajajaja
Que manera de mentirle... tampoco podía decirle la verdad, sino claramente estaría en boca de todos, esa mentira que le dije a Kika no sería nada más que un tema pasajero...


Cuando se me declaro Carolina y supe que ella a mí también me gustaba no podía aceptar lo que  estaba pasando. Yo siempre he sido de las personas que apoyan la diversidad y pensaba que si algún día me pasaba a mi no sería difícil de aceptar, pero no, para nadie es fácil aceptar que se es diferente a lo que se cree es normal. 
Ahora estaba en el mismo conflicto interno, pero con una gran diferencia, la persona que me estaba moviendo el piso era una profesora. La profesora más linda y probablemente más temida de la universidad.



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