martes, 26 de abril de 2016

Perdiendo la cabeza #22

Los días corrieron fugaces hasta el fin de mis vacaciones, la vitalidad de Valentina me sorprendía, viajamos por varias ciudades, horas en aviones o buses, luego hacía sus conciertos y en la noche seguía teniendo tiempo para nosotras.
Despedirme y volver al centro no iba a ser fácil luego de pasar este mes juntas, pero no puedo negar que extraño mis labores al mismo tiempo. Claudia me escribía a diario sobre los problemas o actividades que se realizan en el trabajo, a veces necesitaba algún consejo, otras sólo para tranquilizar mis ideas de que prácticamente el centro explotaría. Después
de todo la mayor parte de mi vida está dedicada a mi trabajo.

Faltaba tan sólo una semana para las fiestas de fin de año y debía pasarlas, como cada año, en el centro. Son mis fiestas favoritas y mis pacientes necesitan saber que yo estoy para ellos en fechas que sus familias no pueden. La vida es bastante dura para las personas que tienen mucho más de lo necesario, materialmente hablando, y poca contención emocional. El cual es el caso de la mayoría de mis chicos.

Mañana vuelvo al trabajo, tomaré un vuelo en la noche, ella robó todo pensamiento, en cada momento del día está en mi cabeza.

- buenos días- dijo quejándose y dándose la vuelta para abrazarme, apoyó su cabeza en mi hombro y cerró los ojos para seguir durmiendo
- tenemos que levantarnos, hoy vuelvo al trabajo
- ahg no linda, quédate unos días más- me decía balbuceando 
- despierta, ducha, desayuno y al aeropuerto 
- hermosa hemos dormido tres horas- dijo abriendo los ojos y sonriendo 
- eso ya no es culpa mía
- ¿cómo no? tu empezaste 
- y ahora hay que levantarse- dije abriendo la cama
- nooo, quédate un ratito- pidió con cara insinuante
- tu no te cansas - dije riendo- no podemos ahora, nos atrasaremos- aunque mi cuerpo la quería junto a mi
- contigo es inevitable, además podemos hacer dos cosas al mismo tiempo, somos mujeres después de todo

Tomó mi mano y me llevó a la ducha, se hacía difícil mantenerse en pie, sus caderas marcadas por el pasado eran perfectas, las gotas de agua recorrían con tanto estilo sus poros que mis manos también querían hacer lo mismo.
Al tratar de cambiarme a su lado de la ducha resbale, pero me alcanzó a sostener, si no quizás donde hubiésemos quedados

- es sin caerse Jo- dijo riendo

La miré y seguimos con lo nuestro. 
Luego de la ducha buscamos mis maletas y decidimos desayunar en el aeropuerto, ya que dadas las circunstancias se nos hizo algo tarde.

- ¿pasarás las fiestas de fin de año en el centro?- preguntó
- así es
- hubiese sido lindo pasar juntas estas fechas
- lo sé, pero pronto nos veremos, puedes ir cuando quieras
- ¿incluso la noche de navidad o año nuevo?
- sabes que no puedo dejarte entrar al centro de noche, además en año nuevo salimos con los chicos, recuerda
- si entiendo, tranquila- dijo sonriendo, no quería nada más que pasar todo el tiempo con ella, pero las cosas eran así por el momento
- Jo
- ¿si?
- recuerdas que debía volver a México
- si
- cambio de planes- dijo complicada
- ¿si?…
- vuelvo a España para ver nuevos proyectos… los primero días de Enero
- que bien y ¿cuándo volverás?
- no lo sé, lo más probable es que en un par de meses
- wow no… no sé que decir… como que… 
- tengo que ir
- por supuesto, debes ir, eso no debes ponerlo ni siquiera en duda
- pero nosotras
- nosotras seguiremos siendo, claro
- ¿estás segura?
- ¿tú lo estas?
- claro que si
-yo también

Me dolía lo que decía, sabía a lo que me enfrentaría en una relación con Valentina, pero se me olvidó al estar hipnotizada junto a ella, con su aroma, su energía. Mi trabajo es muy demandante, para que decir el de ella, de todas formas había que intentarlo.

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Josefa se había ido y no sabía cuando la volvería a ver, fue el mejor mes que he tenido hace años y por primera vez me proyectaba.


Las fiestas pasaron y en tres días, junto a mi producción, viajaríamos a España nuevamente. Tomé el primer vuelo que encontré para visitar a Josefa en estos días, no podía irme sin verla y despedirme.
La llamé y quedamos en juntarnos en las tardes, tal cual como en nuestras primeras citas. Estaba hermosa, no habían pasado más de tres semanas desde la última vez que la vi, pensaba todos los días en ella y al escuchar su voz al otro lado del teléfono, sólo la quería a mi lado.

Apenas llegué al centro la espere hasta que salió del trabajo. Nos fuimos a tomar un café y luego la invité al hotel donde me hospedaba. La miraba y era increíble la nueva visión que tenía de ella, jamás la conocí antes, sólo me dedique a criticar y no conocer nada de su vida, aunque en ese momento no me interesaba.
¿Cómo podía ella estar conmigo después de todo lo que le hice pasar en el centro?, los sustos, enojos, ataques de rabia o pena.

- ¿cómo lograste soportar mi estadía en el centro? aún no entiendo
- te dije una vez, no sé como, pero sabía que no era la verdadera Valentina la que actuaba así, era una Valentina afectada por una etapa cruda de su vida, pero que necesitaba salir de eso lo antes posible
- pero Jo, no me conocías, ósea, hablábamos a diario, pero nunca te dije más de la cuenta
- a veces si lo hacías y con eso me bastaba
- gracias
- ¿por qué?
- por no rendirte, lo hicieras o no igual recibirías tu sueldo, era fácil mandarme a la mierda
- no tienes que…
- bueno yo quería decirlo
- me alegra que lo digas, igual podría tener alguna recompensa ¿no crees?
- mmm lamento decirte que hoy ando con un SPM que te mueres 
- ¡por qué no me habías dicho!
- ¿puedes recetarme algo? demasiada irritabilidad en mi vida y con suerte puedo tocar mis senos
- tengo lo que necesitas
- espero sea una botella de vino- dije susurrando
- ¡escuche eso!

No podía recetarme nada, pero igual lo hizo. Sacó algo de su bolso y me lo dio

- mañana no estará
- ok- dije tomándolo 
- ¿no preguntas que es?
- tómalo como una muestra de confianza

Estaba agotada, habían pasado días desde que no descansaba como lo hace el común de la gente, entra conciertos, reuniones y escribir no tenía muchas horas de sueño. Josefa se quitó la ropa, quedando en polera y calzones, yo ídem me recosté a su lado. Sus brazos llegaron al minuto a mi cuerpo, en mi cabello, mientras conversábamos de lo mucho que había pasado este tiempo, sin previo aviso caí dormida despertando a media noche. Abrí los ojos y estaba a mi lado, durmiendo tranquilamente con la mitad de su cuerpo descubierto por la sábana que robé mientras dormía. Automáticamente la cubrí y muy despacio acaricié su cabello, se veía tan vulnerable y hermosa, realmente sexy también, su ropa interior negra simplemente me embobaba ese contraste entre el negro y la piel.

- ¿cómo va ese SPM?- dijo sin abrir los ojos algo dormida
- ahora mucho mejor- respondí con un beso

La abracé con la intención de seguir durmiendo… inocente. 
- ¿qué haces?- dije riendo 
- sólo verifico que no te duela nada al tacto- respondió mientras tocaba uno de mis senos
- que profesional, dejas de dormir por tu paciente estrella 
- han pasado tres semanas y he pensado todos los días en ti, no esperes que prefiera dormir 
Y… ya me tenía en sus manos. Estaba aprendiendo lo que me gustaba, se estaba volviendo costumbre terminar enganchada a su espalda. Digamos que entre sus manos y movimientos pélvicos no había espacio para descanso.
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- ¿te duele?- pregunté luego que sintiera sus uñas clavarse en mi espalda
- ¿hm? no

A veces temía hacerle daño, al contrario de ella que no le importaba dejar marcas en mi piel con sus uñas recorriendo mi espalda. Me excitaba y lo sabía.

Mi reloj biológico me despertó dos minutos antes que la alarma, lo que me dio tiempo de ser cuidadosa para no despertarla con ruidos molestos. Me metí a la ducha y al ver que seguía en un sueño profundo me fui dejando una nota en la mesita de entrada.

En dos días no estará acá, no quería pensarlo, pero debía, teníamos que hablar sobre lo que somos, tenemos que dejar las cosas claras.

7 comentarios:

  1. que bacán meterme aquí y ver que hay un nuevo capitulo, lo dije antes en algún comentario y lo vuelvo a decir, que buen bloccc <3

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  2. A esas mujeres si que se aman , si yo fuese una de ellas dejaria todo para poder vivir nuestro amor

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  3. Amo tus historias, sigue escribiendo muchas mas

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