lunes, 12 de octubre de 2015

Perdiendo la cabeza #14

Los días comenzaron a avanzar y las explicaciones a Zoe no eran tan necesarias como creía debían serlo. Había un cambio en mi y lo podía sentir, no estoy hablando de lo físico, eso sólo fue una consecuencia del problema real el cual era que por supuesto no me conocía, me estaba ocultando atrás de algo parecido a una coraza que había formado luego de que papá se fuera. Es difícil aceptar que no volverás a ver a la persona que más amaste, pero con el tiempo se aprende a llevar y las lágrimas se pueden aguantar.

Cerré puertas y las oportunidades se me escaparon, la historia para mi simplemente había terminado cuando lo vi volar sobre el mar, quería correr y mis pies no respondían, perpleja miraba como se escapaban todos los momentos que podrían haber sido, sin saber que
mientras más crecía más lo iba a necesitar. En cambio tenía a mamá, que cada vez que levantaba la vista a sus ojos, miraba a otro lado diciendo que estaríamos bien mientras me sostenía de una mano.
Debía intentarlo, mareada de todo caí sentada en el sillón de Josefa, era el momento de recibir ayuda, de tratar de expresar mis sentimientos. Lamentablemente llevaba años diciendo que esto era lo que era, a tal punto que hasta me lo creí.

Comenzamos por tratar de dar una descripción de mi misma, ¿qué podía decir? ‘patética’ se me escapó, pero era la palabra que más me definía últimamente, había hecho el ridículo tantas veces y actuado como una imbécil que Josefa entendería el por qué de esa palabra. Pensé varios minutos y palabras como descontrolada, buena actriz, inmadura, egocéntrica, explosiva y varias más de ese estilo pasaron por mi cabeza, las cuales por primera vez no sólo se quedaron ahí, sino que Josefa también las escuchó.

Al parecer esto iba a ser una terapia muy larga, pero con mi colaboración sería más rápido. Había generado adicciones que pensaba eran parte de mis noches de recreación y relajo, pero no, beber y desear cada noche una copa de licor no era sólo para relajarme, era algo que mi cuerpo pedía, algo necesario para poder estar bien en las noches.
Debía descubrir cada una de las cargas negativas de mi vida, eran muchas, pero al identificarlas podíamos conversarlas, tratar de eliminarlas y aceptar que eran parte de mi y que, no eran tan superficiales como me auto-convencí todos estos años.
Tengo muchos moretones de golpes que han dado a lo largo del tiempo, pero no era necesario que yo también me los hiciera.

*****

Comenzaron a pasar las semanas y cada día me sentía mejor, era demasiado difícil decirle las cosas a Josefa tal cual eran, pero debía hacerlo… por mi.

-siento que hemos avanzado mucho en este mes Vale, realmente estoy muy feliz por eso
-no me hagas sentir como tu paciente especial
-no lo eres
-gracias
-¿te parece si nos tomamos un descanso por un día?
-¿no será mucho?
-eres tan irónica- dijo mirando hacía el techo
-entonces, ¿nos vemos pasado mañana?
-no me entendiste, NOS tomamos un descanso, salgamos de acá
-no entiendo- respondí con poker face
-no es que seas el caso especial, esto puedo hacerlo con todos ustedes, vámonos un día a la playa o donde quieras
-¿las dos?
-creo que nos conocemos bastante como para que me tengas vergüenza o algo así
-¿vergüenza?- dije riendo- ok… - seguí con una media sonrisa- ¿yo elijo el lugar?
-si quieres
-si
-ok quiero ir al lugar de año nuevo, pero esta vez conocerlo de verdad y es muy importante ir al cerro -que estaba a unos kilómetros
-easy
-ah y no nos conocemos bastante, sólo tu me conoces demasiado- dije mientras salía de su oficina
-no lo suficiente- alcancé a descifrar

*****

Mi amiga Ale aún no se enteraba de nada de lo sucedido, era necesario que lo supiera, ella lo sabía todo, pero delante de Josefa sólo hablábamos temas básicos, era con la única que seguía teniendo un vínculo desde que había entrado al centro, no me sorprendía.
De mamá y familia sólo tenía noticia de parte de Josefa, no me sentía para nada preparada para volver a hablar con Cristina, quizás podía hablar, pero nada lindo saldría de mi boca. Todo lo malo lo descargaba en ella, lo sé, pero era algo que se había transformado en costumbre, sé lo mucho que me ama, pero sé también que nunca buscó la forma de acercarse a mi o ayudarme mirándome a los ojos, quizás le recordaba demasiado a papá, después de todo soy una copia fiel a lo que el era, por lo menos físicamente.
Josefa este tiempo se había enfocado en preguntarme cosas que nos hicieran saber que es lo que andaba mal, pero aún no comenzábamos a tratar punto a punto, nos veíamos todos los días, ya sabía hasta sus gestos de nervios, ironía e intentos de mentiras, ahora había sacado su auto, guardado las maletas y feliz me invitaba a subir.
Durante el viaje le decía lo extraño que era salir con mi terapeuta ya que no es nada común que existan vínculos tan cercanos entre profesionales y pacientes, pero ere centro era otra cosa, otra vida, sólo ella sabía para que serviría un viaje como este. No habíamos tocado el tema del bar en todo el mes, ni tampoco le había preguntado acerca de su vida, en realidad, sabía poco y nada de quién era, no era justo, pero yo era la del problema.
Era increíble cómo había cambiado mi físico, claro que no era miss reef, pero había bajado de peso y tonificado algo mi cuerpo, lo podía notar y ya no sólo yo. Faltaba mucho camino para llegar a mi peso ideal, pero hasta el momento no era tan difícil, ya me había acostumbrado al deporte, me sentía más viva, lo único difícil y real problema era lo que intentaba resolver Jo.

-y ¿cómo va todo con Zoe?
-mmm bien supongo -respondí mirando el paisaje, ¿hablaba de nuestra relación de amistad? o ¿sabía que teníamos algo más?
-las vi en la playa en año nuevo, no te preocupes
-ah bueno, en realidad no es una relación 
-¿qué es?
-no sé- sinceramente no lo sabía
-¿cómo no sé?- dijo sonriendo 
-¿por qué quieres saber de eso?
-sólo curiosidad, necesito saber que pasa en el centro, si se están cuidando…
-¿cuidando?- dije con ataque de risa- Josefa eres tan graciosa a veces
-¡¿qué?! pero si es importante
-si lo es, pero es importante para Claudia o Roberta no sé
-soy tu psicóloga necesito saber como afecta todo en tu vida
-soy tu paciente y también necesito saber quién es mi psicóloga 
-¡ah! ¿ósea que de aquí en adelante ese será el juego?- dijo riendo
-exacto
-responde mis preguntas y yo respondo las tuyas
-¿todas las preguntas están permitidas?

-supongo que si
Este sería un gran viaje…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario