Extranjera / Capítulo 9: Realidad

La noche estuvo llena de pensamientos, no podía seguir un día más en el departamento haciendo nada, por lo que como la situación médica estaba bien, decidió ir a trabajar. A la mierda las tiritas y el color de su nariz.

Eve y Tom la recibieron con un abrazo y algunas bromas sobre su nariz. Habían muchas cosas de oficina por hacer, entre burocracia y terminar tareas atrasadas pasó el día, Camila estuvo fuera de la oficina y a pesar de que era jueves, los chicos querían salir a beber.

- partiendo por la situación actual- dijo Domi moviendo su mano alrededor de la nariz- estoy tomando medicamentos, no puedo beber
- mierda, lo olvidé, ya me había acostumbrado a tu nariz- dijo divertida Eve
-la otra semana acepto todas las invitaciones que tengan chicos e invito una ronda

Ambos saltaron de alegría, no literalmente claro, al menos sus compañeros de trabajo subían el ánimo.

Eve la dejó en la puerta de su departamento, insistió tanto en ir a dejarla aunque fueran unas cuadras, que Dominga aceptó.

- ¿hola?- contestó su celular mientras dejaba su mochila en el suelo
- Domi, es Camila, ¿cómo estas?, me dijeron que hoy fuiste al trabajo, ¿estas lista para volver?
- Camila, sí, sí… estoy bien y lista para el trabajo
- perfecto, mañana nos vamos a una nueva exposición de Sara L. 

Mierda.

- perfecto, te veo mañana

Tarde o temprano debía enfrentarlo, maldita Sara, como le gustaba llamarla ahora en su cabeza, era una de las reinas de Bag Magazine y con derecho al trono. Caminó en círculos unos minutos, se miró al espejo, sonrió y negó con su cabeza por el hecho de tener tan mala suerte, parecía una mala broma, chistosa y dolorosa, con un pequeño valor agregado de una nariz herida.

En estos momentos era cuando más extrañaba a su entorno en Chile, su hermana mayor habría sabido que decirle para salir de esa mezcla de emociones, la hubiese sabido calmar o al menos le hubiese dado un abrazo. Pero seguía en San Francisco, sola en su departamento.

No quería complicarse, tampoco es como si la amara, es solo que el sentimiento de engaño seguía latente desde Antonia, revivirlo así de rápido le traía angustia, pero no permitiría que le afectara más de la cuenta.

*****

El calor de la ciudad permitía que todos usaran pantalones cortos o vestidos, Dominga optó por su short no tan corto, Vans y una polera masculina, no quería mostrar más de la cuenta en el trabajo.

Entrando a la exposición Eve fue a tomar notas de la distribución y escena del lugar, Dominga fue tras ella, pero Camila la detuvo diciendo que prefería la acompañara a ella. A ella le gustaba el apoyo de Domi, se sentía a gusto con una compatriota, además tenía mucho trabajo y con Domi a su lado las cosas eran más fáciles de llevar.

- ¿cómo va tu nariz? ¿aún te duele?- le preguntó mientras caminaban por el lugar
- es un dolor soportable, solo quiero que me quiten estas tiritas y que vuelva mi color natural
- parece recién operada- dijo riendo 
- al menos tengo esa excusa y no la de una chica que intentó frustrar un robo, sin lograrlo por supuesto

Sus risas fueron interrumpidas por Sara y un chico que al parecer era su ayudante.

- Sara querida - saludó de inmediato Camila- siempre es grato verte, con lo poco que he visto ya estoy enamorada
- Mila ¿cómo estas? te estaba esperando- le dio un abrazo y miró a Dominga con intención de saludar, pero esta desvió la mirada a su agenda, al igual que el chico que acompañaba a Sara, no eran parte importante de esa conversación 
- ¿tienes tiempo para un café?
- claro, vamos

Una vez que se fueron, el chico que acompañaba a Sara la saludó y le conversó algunas cosas de su trabajo, para luego despedirse educadamente puesto que tenía muchos pendientes por hacer.

El montaje era extraordinario, los colores y las luces posicionadas estratégicamente para producir efectos hermosos. Tom se veía desde lejos concentrado sacando fotografías y Eve descansaba en un sillón mirando un cuadro, caminó en su dirección para pasar el rato, pero Sara la tomó de un brazo 

- ¿qué haces?
- necesito hablar contigo- Dominga respiró hondo y le respondió tranquilamente
- no necesitas hacerlo, no tenemos nada serio que nos obligue a esta situación

En una sala llena de herramientas Sara la miró fijo para continuar

- lo que viste, lo siento, yo…
- solo tengo dos cosas de decirte- la interrumpió- espero no lo tomes a mal, ya que técnicamente eres algo así como una de mis jefas
- no lo soy
- pero tienes el poder para tomar decisiones como si lo fueras
- Dominga, hablemos esto, ¿hoy en la noche?
- no, solo quería decirte que no me debes ninguna explicación y tampoco quiero una

Abrió la puerta y salió del lugar. 

- ¡Domi!- levantó la voz Sara, pero solo hubo una pequeña pausa en su caminar, para luego continuar